domingo, 27 de diciembre de 2020

Las reglas del contagio

Lo que hemos leído, escuchado y vivido en los últimos meses sirve para convalidar buena parte de este libro. Un manual de estadística aplicada, en concreto, sobre cómo se propagan (o no) las epidemias, pero también las crisis financieras, los bulos, las innovaciones, la felicidad, la obesidad o los contenidos en las redes sociales (“explorar contagios en diferentes esferas de la vida”). De hecho, me quedo con la sensación de que se habla más Facebook, Twitter o Youtube que de los virus. 


Ese era, posiblemente, el gancho comercial de este libro el año pasado. Ahora está claro que ha girado hacia un nuevo caso de zoonosis[1]. Uno con “éxito” porque: “por cada virus de la gripe que salta de los animales a los humanos y se propaga al mundo entero en forma de pandemia, hay millones que no infectan a nade. Por cada tuit que pasa a ser viral, hay muchos que no lo consiguen”.

Muestra de que aprobaríamos el examen es que hay conceptos que son ya conocidos por todos, como “inmunidad de rebaño”. Para sacar notable, saber que es un concepto acuñado a comienzos del S-XX-por el epidemiólogo Major Greenwood. Para sobresaliente, que fue Ronald Ross (Nobel de Medicina, 1902) quien, en 1898, demostró que la malaria se transmite por la picadura de mosquitos (por cierto, una enfermedad que “saltó” del gorila occidental y puede que esté con nosotros desde los primeros años del homo sapiens y que se estima mata a 500.000 personas al año; otro dato: no tiene, todavía, vacuna eficaz). Y para matrícula de honor que la ya famosa “Tasa de reproducción R” se la debemos al matemático Klaus Dietz.

Y aquí la ecuación para la parte práctica del examen:

R = D O T S = Duración x Oportunidades x Transmisión x Susceptibilidad

Es decir, R (que debería estar por debajo de 1 para evitar la propagación) depende de cuatro factores: el tiempo durante el cual una persona es contagiosa, el número medio de oportunidades de propagar la enfermedad cada día mientras es contagiosa, la probabilidad de que una oportunidad resulte en transmisión y la susceptibilidad media de la población.

El autor recupera la curva en forma de S que detectó E. Rogers en su libro “La difusión de las innovaciones” (1962) sobre cómo y a qué velocidad se mueve una nueva idea o innovación tecnológica. Para otro post, cómo esta curva está aumentando su pendiente y cómo podría ser en un caso concreto: coche eléctrico/Tesla.

Una última reflexión: “Gracias al esfuerzo realizado para solucionar el problema (se refiere al Efecto Y2K) se consiguió evitar el daño, lo que llevó a muchos medios a quejarse de que el riesgo se había sobrevalorado”. Efectivamente, ¡de cuántos males nos habremos librado gracias a la acción de las autoridades! Pero nos “quedamos” con los errores, lo que lleva a un deterioro de la valoración que hacemos sobre la capacidad de gestión.

https://www.youtube.com/watch?v=qADA8-PWuOM


[1] Ejemplo de palabra que hemos aprendido en 2020.    


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