Robert Shiller es una de las referencias mundiales de la economía conductual (Behavioral Economics). Por ello, parece lógico que defienda la incorporación de las “narrativas económicas” a la lista de factores que explican las decisiones de consumo e inversión, la evolución de las variables financieras o el crecimiento del PIB. Y es difícil no estar de acuerdo. Pero para la defensa que hace no son necesarias 440 páginas, que es cansina al repetir en exceso los mismos argumentos. Y en algunos casos, como el de la “narrativa del Bitcoin” es floja. Acaso, pide que otros tomen el relevo: “Lograr un progreso real en el estudio de la narrativa económica es un gran proyecto para una futura investigación más rigurosa”.
De todo libro se aprende, y más si está escrito por un Nobel (2013), pero este podría resumirse en un paper de 20/30 pág. Me quedo con la reivindicación de la consiliencia en economía: puede aprender de otras ciencias sociales como la psicología, la antropología o la historia. No puedo estar más de acuerdo [amplitud (range)]. “La revolución de la economía del comportamiento que estamos viviendo en las últimas décadas ha ayudado a acercar la investigación económica a otras ciencias sociales. Los economistas ya no asumen rutinariamente que las personas siempre se comportan de manera racional”.
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