Si se hubiera hecho caso a Keynes y no se hubieran impuesto a Alemania unas sanciones tan elevadas,
¿se habría evitado la II
Guerra Mundial? (“Si la
guerra civil europea ha de acabar en que Francia e Italia abusen de su poder,
momentáneamente victorioso, para destruir a Alemania y Austria-Hungría, ahora
postradas, provocarán su propia destrucción”. “Si nosotros aspiramos
deliberadamente al empobrecimiento de la Europa central, la venganza, un dudo
en predecirlo, no tardará”).
¿Se habría conseguido
avanzar en una Europa unida?
(“nos sentimos con medios suficientes para atizar, en lugar de calmar, el
conflicto civil en la familia europea”. “Al concentrarse exclusivamente en los
objetivos políticos, y en la consecución de una seguridad ilusoria, pasaron por
alto la unidad económica de Europa”. “El Tratado no incluye ninguna disposición
para lograr la rehabilitación económica de Europa”).
Pero claro, en diciembre de 1919, Keynes sólo tenía
36 años. Y supongo que se le vería como a un pacifista utópico del Grupo de
Bloomsbury. Además, a uno de los componentes del Consejo de los Cuatro (a Wilson,
el presidente de EEUU) le acababan de conceder el Nobel de la Paz (su principal
objetivo era crear la Sociedad de Naciones, uno de sus “Catorce Puntos”
propuestos en enero de 1918). Y otro, el francés Clemenceau, tenía una clara
sed de venganza y quiso imponer una “paz
cartaginesa” (Francia tenía claro que era estratégico para su propio
interés reducir el poder de Alemania; pero para Gran Bretaña era peligroso
eliminar este rival para Francia).
¡Qué sabría Keynes de lo que había que hacer! Su
ataque a los principales mandatarios británicos (George), estadounidense,
italiano (Orlando) y francés es frontal y personal: “las reparaciones eran su
única incursión en el campo económico, y lo resolvieron como un problema de
teología, de política, de táctica electora, desde todos los puntos de vista,
excepto el del porvenir económico de los Estados cuyos destinos tenían en sus
manos”.
Más allá de la batería de datos de libro, que sin
duda sirve para evidenciar que la opinión de Keynes estaba muy bien
fundamentada, me quedo con su independencia
(se opone incluso a su propio gobierno, lo que provocó que no volviera trabajar
para él hasta 10 años después) y con su sensibilidad
humana, anteponiendo la paz y la reconciliación a la venganza (el Comité
Noruego del Nobel se planteó concedérselo en 1924, pero no fructificó. Ese año
no le concedieron el premio a nadie).
Desde el plano económico, “Las consecuencias
económicas de la paz” sirve para entender que no se pueden imponer exigencias imposibles de cumplir (propuso
2.000 millones de libras pero finalmente fueron del orden de 24.000 millones[1]). Se habló mucho de este
libro en el rescate de Grecia (aunque las condiciones no tuvieron nada que ver)
y se podría utilizar también ahora, cuando varios países necesitan una ayuda
financiera externa. Por cierto, durante las negociaciones de la Conferencia de
Paz de París (que duraron 5 meses) enfermaron por la “Gripe española” Wilson,
George, Clemenceau y el propio Keynes.
Finalizaba el Segundo Reich (que comenzó en 1871) y se iniciaba la República de Weimar que estaría vigente sólo hasta 1933. Esto escribía, en marzo de 1920, en el prefacio de la edición francesa: “Como en Inglaterra, también en Francia las mejores mentes de la nación se han mantenido apartadas y no han leído el Tratado o no lo han entendido. Dejemos que aúnen sus fuerzas para prevenir los peligros que, de no ser así, nos acecharán.”
[1]
“Alemania no puede pagar, ni remotamente, esa suma. Por tanto, mientras el
Tratado no se modifique, Alemania resulta comprometida a entregar a los
aliados, a perpetuidad, todo el excedente de su producción”.
No puedo comentar nada sobre este libro porque no lo he leído ni sobre este tramo de la historia porque me faltarían muchos datos, pero si puedo opinar sobre la situación actual.
ResponderEliminarEs humano ayudar a las personas y a las naciones cuando estas lo necesitan pero nada es gratis en esta vida y así se le debe hacer ver a la sociedad.
Si ayudamos a una persona a cambio de nada tiene dos consecuencias:
1º Desincentivamos las ganas que esa persona pueda tener para buscar trabajo o mejorar su formación para encontrarlo
2º Y esta es peor desmoralizamos a las personas generadoras de riqueza, asfixiando-las a impuestos cuando ven que este esfuerzo no tiene ningún resultado positivo
Si hablamos de naciones o regiones ocurre lo mismo ( ejemplo claro el PER en Andalucía. Hoy Andalucía no depende de la agricultura para crecer tiene km de playas y puertos y sin embargo lleva 40 años siendo la región con más paro. Porque? a mi juicio desincentivación de unos y desmoralización de otros
Al que se le ayuda tiene que dar algo a cambio y algo que le sobra que es tiempo, o para trabajar o para formación. De esta manera valorará más la ayuda, mejorará su autoestima y se mantendrá motivado. Asimismo el que aporta la ayuda aunque le cueste sacrificio verá que su esfuerzo a merecido la pena.